Las personas han transformado la caminata cristiana en algo muy pesado y difícil.
¿Dónde vemos ese peso en Jesús? ¡El sí vino para el sacrificio! Por eso hoy, todo lo que debería ser “difícil” y “pesado” es liviano por cuenta de su obra consumada en la cruz. (1 Juan 5:3)
Entiendan algo, no hay nada peor que poner una carga en las personas que no puedes aguantarla ni tú mismo. ¡Bien decía Jesús “HIPOCRITAS!”
Hace algún tiempo, Dios me dio un sueño que hablaba del peso de la religiosidad sobre sus hijos. Hurgando mis cosas pillé un papel donde estaba anotado el sueño, entonces decidí redactar aquí en el blog, pues sé que Dios quiere revelar su gracia a todos, mientras leen.
En el sueño, yo estaba siendo perseguida por un ladrón (que representa la religiosidad) que quería robar todo mi dinero, en el caso, mi libertad.
Corrí desesperadamente, y mientras corría, habían varias personas en la calle que miraban y no hacían absolutamente nada. Hasta que encontré una casa, entré y me deparé con diversos obstáculos, como si estuviera en la película “juegos macabros”. Observen que yo estaba libre, y entre a un lugar cerrado. (Galatas 5:1)
Me vi sin salida, entonces seguí corriendo enfrentando los obstáculos, esforzándome, lastimándome, y asi estuve por un largo tiempo.
La cosa se puso tan intensa y macabra que todo perdió el sentido, ya no había propósito, hasta el ladrón que me perseguía estaba bien herido, a punto de desistir de su vida, ahora, solo queríamos encontrar una salida (asi se siente una persona que vive bajo la religiosidad).
En el laberinto de la casa encontramos con dos “amigos”, que se dieron cuenta de que estábamos buscando una salida, y empezaron a perseguirnos también (las acusaciones, los juzgamientos etc.).
En eso entonces, ya nos encontrábamos sangrando, heridos y muy cansados, pero juntamos nuestras últimas fuerzas restantes y para seguir pasando por los obstáculos (las leyes, el mérito proprio etc.).
Hasta me vi en un pasillo y encontré una puerta (Jesús), corrí para abrirla y me deparé de frente con la calle (el acceso directo), así de la nada.
Entonces les grite a los compañeros del sueño que ya había perdido el sentido y todos solo querían encontrar una salida:
¡PILLE UNA SALIDA! ¡VAMOS!
Pero me dijeron: ¡NO POR AHÍ NO SE PUEDE! (la voz de la religiosidad).
Y yo pensé: “pero aquí no es una salida? ¿No estamos libres? ¿Porque no quieren salir?”
Les grite nuevamente: CHICOS VANGAN, MIREN ES LA CALLE, ¡ESTAMOS LIBRES!
Ellos contestaron: ¡NO POR AHÍ NO SE PUEDE, VUELVA!
Yo intente volver para seguirlos, pero ya estaba muy herida para continuar…
Entonces me desperté.
Reflexione unos minutos sobre el sueño y su significado.
Luego Dios me dijo: “Es en eso que están transformando la caminata cristiana. Eso es lo que hace la religiosidad con las personas”.
Cuando Jesús nos llama para la Libertad (vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso, mateo 11:28) es como esa puerta que encontré en el medio de la nada, las personas no creen de tan bueno y libertador que es el evangelio de Cristo, El es suficiente.
Jesús redujo las 360 leyes para solo dos mandamientos: “Ama a tu Dios y a tu prójimo.” Con eso, saco la religión e implanto la relación.
Jesús dijo: mi yugo es fácil y ligera mi carga (mateo 11:30).
Porque el vino a quitar el yugo de la esclavitud religiosa de la época, que, en lugar de acercar, alejaba al hombre de Dios por la pesada carga que ponían otros hombres sobre sus semejantes.
La relación que tenemos con el Espíritu de Dios nos enseña a disfrutar de manera correcta del camino, y no a poner espinos donde Dios ya puso rosas. (Galatas 5: 16-24)
“Así el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, porque ya no están bajo la ley, sino bajo la gracia.” Romanos 6:14
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